Espiritualidad frente a la Religión


El sacerdote franciscano Héctor Eduardo Lugo, autor del artículo, plantea preguntarnos si los nuevos lenguajes son muros o son puentes para la construcción de una nueva espiritualidad.
¿Qué es la espiritualidad?
En todos los medios y en todos los ambientes (incluso en los no religiosos) hablamos de espiritualidad. La espiritualidad hace parte de las búsquedas humanas, como nos lo recuerda Leonardo Boff en su libro Espiritualidad. Un camino de transformación (Sal Terrae, 2002). 
 
Son variados los temas que interesan a la humanidad ante el vacío que experimentamos viviendo desde fuera. Lo que cuenta es vivir en la corteza de la vida y no en el corazón de la misma.

Unos dicen que la espiritualidad se refiere al mundo de las convicciones; otros, que hace referencia a los valores del ser humano; otros viven una espiritualidad que ni los transforma ni les ayuda a transformar a los demás.

Hay espiritualidades sin religión y religiones sin espiritualidad. Encontramos, incluso, espiritualidades sin ética ni moral.

Precisemos: creo que la verdadera espiritualidad es aquella que produce en el ser humano una transformación interior. Por lo tanto, si la espiritualidad que tienes y manejas no te transforma interiormente, es todo menos espiritualidad. Espiritualidad es aquello que te transforma desde tus circunstancias y tu cultura; desde tu propia historia y tu entorno familiar, social, político y cultural.

Espiritualidad para los lenguajes de las nuevas tecnologías

Puesto que los lenguajes de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) han creado un nuevo modo de pensar, de estar en el mundo y de vivir; es desde ellos desde donde también hemos de hacer una propuesta espiritual, porque cabe preguntarnos si los nuevos lenguajes son muros o son puentes para la construcción de una nueva espiritualidad.

Basta observar cómo las personas enmarcadas en las nuevas tecnologías, y muy especialmente las generaciones digitales, están ante un nuevo modelo de civilización, en donde los líderes de la tecnología se encuentran enfrentados a los líderes espirituales.

Por esto, con las nuevas generaciones, el lenguaje cibernético ha cambiado las reglas de juego, ya que, al no haber privacidad, se pretende manipular la interioridad. A fin de cuentas, vivimos en una sociedad con más espacios de ruptura y de fractura que de encuentro, razón por la cual necesitamos proponer una espiritualidad que busque unidad y reconcilie diferencias.

Ver todo el artículo de la revista vidanueva.es publicado en julio 2014 : AQUÍ



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